© Carlos Baglietto

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El 9 de diciembre ardió la nave del Gorg, Badalona. Desde entonces, las víctimas del incendio han vivido una situación muy precaria pasando, muchos de ellos, el duro invierno en la calle y en tiendas de campaña para protegerse del frío y las lluvias. Poco a poco pudieron encontrar un lugar cálido donde pasar los días. A pesar de los contratiempos, siempre encuentran un motivo para ser felices. En la imagen podemos ver a Hannah (Suecia), brindando por sus compañeros fallecidos; también encontramos a Ansu (Guinea Conakry), con el kora en las manos, en el centro está Sadio (Senegal), a la izquierda tenemos a María (Cuba) y Seydou (Senegal), que vivió muy de cerca el incendio y es uno de los integrantes de la organización “Almas Quemadas”, que se encarga de ayudar a los afectados por la tragedia.